«Onde papa Leon: contemplando las lagrimas tan habundantes de Pedro, dize. O apostol sancto, bienauenturados fueron tus lagrimas: las quales para quitar la culpa de tan criminoso negar, tuuieron fuerça de sagrado baptismo. O quan peligroso es andar continuamente en palacio: vna vez sola leemos que entro Pedro en·el, y ende renego su redemptor y maestro. Que hiziera si viuiera en·el de continuo? Cierto es que nunca llorara, ni»