«de dos calles, donde ya el regozijo de·la gente se adelantaua: y como llegasse ende el redemptor de humana natura, tan afligido y apressurado, atadas las manos y la garganta, descabellado y en cuerpo, encorbado por la fatiga mortal que çufria: faziendo la madres desconsolada mayor esfuerço que a mugeril fuerça conuiene, por le ver, y rasgar con·el sus entrañas: nunca lo consintio la ira rabiosa de·los crueles»