«ver si hay algun lugar de misericordia, para vuestro maestro. Los lloros de·la manzillada señora, y de·los seruidores tristes, fueron tan crueles y asperos: que no podiendo se bien scriuir: solo el sentido los ha de juzgar. E por quanto ya los scelerados ministros de Sathanas, trahian el fijo de Dios eterno, por el valle de Josaphat arriba, atrauessando por el torrente Cedron, subiendo para Jerusalem, muy maltratado y»