«querer lo pudo. Vamos pues agora mis buenos amigos a morir con mi fijo: vamos a buscar nuestra vida: vamos a ver si hay algun lugar de misericordia, para vuestro maestro. Los lloros de·la manzillada señora, y de·los seruidores tristes, fueron tan crueles y asperos: que no podiendo se bien scriuir: solo el sentido los ha de juzgar. E por quanto ya los scelerados ministros de Sathanas, trahian el»