«exercicio d·ella tuuiesse muy libre. assi el verdadero christiano y catholico, quantoquiere tenga libre el poderio de obrar y hablar, de tal manera deue atar su lengua y pensamiento: que ni piense ni hable cosa, con·la que pueda ser dañado el proximo, ni Dios offendido. E assi deuemos atar nos con nuestros proximos en·el nudo del amor fraternal, que qualquier gracia que de Dios recibamos: estudiemos de repartir»