«la diuina contemplacion: sin ninguna duda terna vna señal y seguridad muy certissima: de la atadura que Dios tiene con·ella, y ella con Dios: de tal manera que mucho seria dificil poder se jamas desatar. E aquesta mesma caridad es aquella cuerda, con la qual fue atado a·la co[lu]mna nuestro redemptor y maestro: la qual de su preciosissima sangre fue toda muy rubricada. E aquesta mesma fue el nudo,»