«sus manos. Mas no le osaron como dize Crisostomo, prender en·el templo, porque temian la gente del pueblo: como lo canta el mesmo euangelio: ca tanta era la sanctedad y la predicacion con los milagros que hazia. que dezian: no se prenda en dia de fiesta: porque no se siga en·el pueblo algun alborote. E assi quantoquiere nuestro redemptor y maestro houiesse reprehendido la malicia y iniquidad d·ellos:»