«muy pacificamente: enseñando en·el templo, y no me prendistes. Onde Jeronimo. O locura tan de notar. O malicia tan digna de pena. salir de noche y con armas, por buscar y prender: el que allende de estar cada dia en·el templo: de su mesma gana se ponia en sus manos. Mas no le osaron como dize Crisostomo, prender en·el templo, porque temian la gente del pueblo: como lo»