«ende plugo a nuestro maestro Jesu que pues todos por el pecado de nuestro primer padre Adam, hauiamos quedado leprosos: houiendo se por tan infinita culpa y pecado, de sacrificar su cuerpo precioso, como verdadero cordero por nuestros errores: que sant Pedro como sacerdote y principe de·la yglesia sancta catholica, se antecipasse de ensangrentar el cabo del oydo de Malcho en persona de todos nosotros: para dar nos sperança cierta»