«con·ella el cabo del oydo diestro del que esperaua la tal curacion, para que fuesse alimpiado de aquella culpa, o pecado: y por consiguiente de·la dolencia que por ello hauia incurrido. E por·ende plugo a nuestro maestro Jesu que pues todos por el pecado de nuestro primer padre Adam, hauiamos quedado leprosos: houiendo se por tan infinita culpa y pecado, de sacrificar su cuerpo precioso, como verdadero cordero»