«muy amedrentados todos temblando: pregunto les otra vez el piadoso señor. A quien buscays? Respondieron ellos, perseuerando ahun en su concebida malicia. A Jesu nazareno. Respondio el glorioso Jesu. Ya os dixe que yo soy. Mas por·que hasta entonces no les era otorgado de·le conoscer, ni prender? Porque cumpliendo las prophecias se ofreciesse ganoso a·la muerte: licenciando·les su persona: les dixo. Si a mi buscays, ved me»