«la boca. Entonces el piadoso señor, conociendo su diabolico pensamiento, le dixo. Amigo a que veniste? Di me, y con beso ordenaste de entregar el fijo de·la virgen? Para agora mientes christiano deuoto: quan dissimuladamente llamo maestro ad·aquel de quien el no se precio de ser discipulo. besaua le como caudillo: y vendia le como enemigo. mostraua le señales de seruidor, y condenaua le como culpado. vno mostraua su»