«el rostro, recelando el sceleratissimo Judas, que por error los ministros no prendiessen a Jayme, puso con·ellos señal de seguridad, diziendo·les. El que yo besare, aquel es: tened le bien: y sed muy cautos en·el traher·le. El buen Jhesu a quien no se encubre secreto ninguno, salio les al encuentro y llegando luego Judas a el: saludo·le diziendo. Maestro Dios te salue. Y juntando con·el:»