«trahias a·la memoria aquel amor entrañable: con·el qual tu dios y maestro creador de·los cielos y tierra, se puso de rodillas delante de ti, sin hauer te jamas ofendido? Por·que no recordauas aquella caridad tan jnmensa, con·la qual despues de hauer te lauado los pies, por quitar las maluadas affecciones de tu alma perdida, te comunico su cuerpo precioso: porque no diesses lugar de poner por»