«con·el precio de·la diuina persona de tu glorioso maestro? Y como quien vende algun sieruo desestimado, por fazer tu maldad mas prouechosa: dexaste de pedir precio cierto por el: y esperando d·ellos mayor gualardon, les dixiste: quanto me quereys dar, y yo os lo porne en·las manos. O si no te cegara tan desenfrenada cobdicia. Con quan doblado prouecho le pudieras vender a su madre, la qual»