«peligroso de·la vida de tu señor, diste regla y ocasion de dormir a·los otros. Por·ende conosciendo el buen Jesu que tenias la temptacion tan cercana: començando los ojos de tu piensa a enflaquescer: figurando con tu sueño el negar tuyo: y el huyr de·los otros. te llamo por tu antiguo nombre Symon, y no Pedro, pues te faltaua el verdadero recuerdo de tu señor.§ Deuemos ahun contemplar»