«deuia biuir: y que su muerte nos hauia de dar para siempre la vida. Onde comunmente fallamos scripto, que cinco vezes derramo nuestro redemptor y maestro su verdadera sangre preciosa. La primera vez en·la circuncision. La segunda, en·el sudor de·la agonia. La tercera, quando fue açotado. La quarta, quando fue coronado. La quinta y postrimera vez: en·las heridas de·las cinco llagas preciosas de su diuina persona.»