«maestro Jhesu en agonia, oraua muy luengamente. Agonia propiamente es batalla contra la muerte. onde si consideramos que no podemos passar el discurso de·la vida presente sin pecar: y ahun lo que se nos antoja digno de alabança en nuestro viuir, no es sin culpa, si somos juzgados sin piedad: meritamente y condigna somos puestos en agonia. La tercera cosa que se deue notar es, que fue fecho su sudor»