«otra cosa es començar de contristar, como dize Jeronimo. ca el que se contrista, no paresce que tuuo juyzio ni esfuerço de razon, para poder dexar de ser triste: y el que se comiença de contristar, señala que a su arbitrio y voluntad, da lugar a·la tal passion quanto el quiere, y no mas: y aquesto mesmo señalo muy concertadamente nuestro mesmo redemptor quando dixo: triste es mi alma hasta»