«y assi queriendo huuo hambre, queriendo huuo temor, y queriendo huuo tristeza y de tal manera aquesta su tristeza fue natural: que no dexo de ser voluntaria y puesta en razon. E por·ende muy consideradamente y no sin misterio escriuen en aqueste passo los sanctos euangelistas, que Jesucristo començo de contristar se, y començo de hauer pauor: tanto que no dixieron que fue contristado, o estuuiesse amedrentado. porque nunca en»