«todos atestados de desenfrenada cobdicia: todos inchados de pompa: tanto que ni ahun el cielo pornia termino a nuestro apetito. E no nos acordamos del fijo de Dios: el qual por nuestro enxemplo: dexando de vsar de·lo suyo por suyo, por pagar nuestras deudas: esta pobrezito y desnudo en·el mayor frio del año, embuelto en·el feno, puesto en·el pesiebre llorando. Por·que agora no lloran las mujeres»