«de su señor y maestro, en·la muchedumbre de·la conuersion de tan infinitas prouincias y pueblos. y ofrecio les muy de cierto el piadoso señor, embiar les el Spiritu sancto, para que continuamente sin intermission habitasse en ellos: y en sus necessidades les socorriesse: diziendo·les, el paraclito habitara en vosotros: y estara siempre en vosotros: para la venida del qual les demostro ser muy necessaria su muerte, quando les»