«porque hauiendo·se ya desnudado de·la obediencia de su seruicio, con·el damnado proposito de·le librar a·la muerte: no era razon le llamasse señor, o porque presumia en alguna manera escusar su delicto: si dexando de vender le por su señor, le vendiesse por su maestro, como scriue Jeronimo. Boluio·se entonces el piadoso Jesu y dixo·le: tu dixisti. quasi quisiendo dezir, por tu propia confession has manifestado»