«oydos los sacerdotes que tratan tan alto y diuino misterio, y aperciban se de recebir el cuerpo de Dios dignamente: porque a·los tales, allende de ser malditos, quexando se el glorioso señor de su perfidia y malicia delante los angeles, que estan presentes en aquel marauilloso sacrificio: podra dezir muy propiamente. Ecce manus tradentis me, mecum est in mensa. Ni fue de marauillar, que ante que Judas pusiesse por obra su maluado pensamiento: que por vna forma»