«palabras de temor tan crescido, que sin otro detenimiento, le pusiesse extremos terror, diziendo le. De cierto te digo Pedro, que si no çufres que te laue los pies, ninguna parte ternas comigo. Oyendo entonces Pedro palabras tan espantosas, temiendo perder aquel sin el qual somos todos perdidos: por euitar mayores errores, hauiendo de dar solos los pies para lauar: ofrecio con·ellos las manos y la cabeça. Pues si a»