«sus alabanças y gloria: forçados mas que de voluntad. lo que acahesce muy a menudo, que los malos se atormentan siempre del loor de·los buenos. Onde dize Crisostomo: el que entraua como hombre: era alabado assi como dios. y el que staua escondido dentro la carne: era manifestado en·la voz. y el que la malicia de·los sacerdotes blasfemaua como hombre: aquel mesmo enxalçaua la jnnocencia de·los chiquitos»