«entrando en·el templo, echo dende los que tan sin verguença tratauan vsuras y simonias en·el. ni por seueridad de·la justicia, oluido el piadoso Jesu su benigna misericordia. ca despues de hauer·les predicado la palabra diuina: luego sano quantos ciegos y mancos llegaron a el. por enseñar a·los juezes y a·los prelados, que por quanto quier grande y sobrado honor les hagan sus subditos: no oluiden»