«de todo pecado. O si conociessen ellos que han de dar razon de·los pecados de sus ouejas. y nosotros de·la poca obediencia que les tenemos. Temblariamos, como reza Crisostomo, conosciendo que el pueblo desenfrenado y sin religion, es la señal del sacerdocio no sano. Conosciendo pues el glorioso señor la negociacion y los robos que en·el templo fazian los sacerdotes: mouido por rigor de vengança de offensa tan»