«persiguieron maliciosamente y iniqua hasta la muerte de·la cruz vergonçosa. Lloro pues el buen Jhesu, fuente habundantissima de toda misericordia: por manifestar el dulçor de su infinita bondad: y por nos enseñar con su lloro, quanto deuen llorar los peccadores, quando assi lloraua el que nunca hauia peccado. Acerca lo qual conuiene notar, que no solamente leemos hauer llorado vna vez el piadoso redemptor lagrimas habundantissimas por la reparacion de»