«quando los romanos le pusieron cerco, vallando la por enderredor de vn marauilloso palenque de maderos tecidos todos entre si, y muy bien atados: para significar por ello, como escriue Ludolfo: la vengança de·los habitadores d·ella: los quales con diuersos improperios cercaron la muy venerable cabeça de Christo, de·la mortifera corona de espinas. e ahun en pena de quando en·el huerto con cuchillos y palos le cercaron,»