«del cielo.§ Capitulo .xiij. del lloro de nuestro redemptor y maestro sobre la ciudad de Jerusalem.§ Oracion.§ Piadoso señor y maestro, tu que llorando diste regla a·los pecadores, para que supiessen llorar: pues tan misericordiosamente lloraste sobre la ciudad que te perseguia: otorga me gracia señor, para de tal suerte conocer tu visitacion y venida, que el mundo, el diablo, y la carne, que me persiguen, hallando me tuyo lloren»