«amando le y creyendo·le como ya venido, le dezian: salua nos señor fijo de Dauid. O quan dessemejante cosa fue, como escriue Bernardo, dezir hoy bendicho el que viene en nombre del señor: y luego el viernes tan desconocidamente y ingrata, llamar a Pilato: tolle tolle crucifige eum. O como fue muy contrario, llamar le hoy rey de Israel: y dezir luego el viernes tan desuergonçadamente, no tenemos otro rey sino a cesar.»