«angustias y lloros de·la delicada madre de tu redemptor? No pudieras amansar tu rauia rauiosa, viendo tantos llorando? Manifestaras siquiera a tus compañeros, lo que te penaua perder en·el vnguento, que hauia derramado Maria: los quales pidiendo lo con piadosas limosnas te lo entregaran doblado. y si quiça te empachara la verguença de tantos, o algun recelo de no quedar satisfecho: llegaras a·la madre tan manzillada: la qual»