«Lazaro, con vn vaso de alabastro, lleno de vnguento mucho precioso. E puesta de rodillas ante los pies de Christo: despues de hauer le adorado como a dios, con el acatamiento que conuenia: je·lo derramo por encima de·la cabeça y los pies, los quales le alimpio despues con sus delicados cabellos. Considera o alma christiana, muy delgada y deuotamente los tan altos misterios de aquesta passion sacratissima. ca primeramente»