«y las manos de·los que nos persiguen: ca es cosa de presumpcion ingerir se voluntariamente en·los peligros de muerte: por la poca esperiencia de·la propia virtud: la qual muchas vezes es mas fragil de·lo que hombre presume. y porque en·la tal afruenta es el fin muy incierto. y allende de aquesto porque no es sin cargo dar ocasion, que los que nos persiguen sean mas impios»