«necessario, que el saluador de todo el mundo, padeciesse y muriesse: porque se manifestasse el juyzio tan piadoso de·la diuina bondad: y porque derramando su sangre preciosa: pagasse con·ella el precio de nuestra redempcion. y ahun por dexar nos enxemplo que por su seruicio no aborrescamos por la verdad padescer y morir. Marauilloso misterio fue aqueste que Cayphas no tuuiendo inspiracion ninguna prophetica, ni el don de·la prophecia:»