«le, mandando·le salir fuera, sin nombrar·le su nombre: mas fue cosa misterial por su nombre propio llamar le: como escriue Augustino: ca tanta era la virtud de·la voz de Christo Jesu, que forçadamente salieran todos los muertos, si a Lazaro solo expressadamente no se determinara. Significaua aquesta gran voz la grandeza de·la diuina virtud: la qual se requiere en·la justificacion del impio. ca segun reza Augustino,»