«que toca la salud y la vida. ca aquellos son los que en verdad se leuantan: y los que sin temor son seguros. Rogemos le por·ende que nos quiera tocar: supliquemos le que nos lleuante del sueño de·la ceguedad de·las culpas y que nos abra los ojos del entendimiento, para gozar con·el en·la gloria sin fin. O quan dulçe amigo es, o quan piadoso consolador, o»