«lo que aquellos creyeron, y si como lo amaron amamos. mas porque la flaqueza humana no pudo çufrir la majestad de·la gloria de·la diuinidad: oyendo los sanctos apostoles la terrible voz de·la nuue: cayeron encima sus rostros. E por·ende dize Remigio: cayeron los discipulos para delante, en señal de su santidad: como cayeron los señores ante del trono encima sus rostros: y como suelen caer los malos»