«assi como le plugo, nos demostro la gloria de·la immortalidad y resurrecion suya, o nuestra: no en si, mas en·la claridad del siglo: porque nos hiziesse muy ciertos de·la gloria que nos predicaua. Conosce pues, o alma christiana quan gran prenda huuimos de nuestra bienauenturança: no fue otra cosa la transfiguracion, sino vna prenunciacion del aduenimiento segundo, en·el qual nuestro redemptor y sus sanctos resplandesceran mas claros»