«miseria. Deuemos pues llorar, no por los daños que son temporales, mas por los detrimentos que en·lo spiritual recebimos. y por cierto bienauenturados son los que lloran: porque como reza Bernardo: bienauenturada es la lagrima, que por mano del piadoso señor meresce ser alimpiada. y como Maximo scriue, las lagrimas no piden perdon: mas es cierto que lo merescen: ni tan poco dizen la causa del daño: mas alcançan el»