«los actos d·ella deuen ser discretos y muy mesurados: como dixo nuestro maestro Jesu, el spiritu ardiente es promptissimo: mas la carne es defectuosa y doliente. E por·ende el diablo contra los mas perfectos arma el engaño de alguna operacion virtuosa: por lo qual es necessario, y nos conuiene examinar nuestras obras discretamente: porque como reza Gregorio, muchas vezes el furor paresce zelo y amor de justicia. y la»