«para refrenar tan dañosos y vanos desseos, el enxemplo de nuestro redemptor y maestro: el qual refusaua qualquier colloquio de gente: sintiendo le querian por rey.§ La quarta temptacion es demasiado feruor: la qual se figura en aquello que dize, ab incursu et demonio meridiano. y aqueste es aquel demonio, que dize Bernardo, que se transforma en angel de luz: y so especie de virtud desmiente los vicios. ni tiene mayor industria el antiguo enemigo,»