«has, conosciendo que no puedes vencer sin mi gracia. Por·ende, o alma christiana, no te engañe presumpcion de tu propia virtud: supiendo como reza Dauid, que si no guarda Dios la ciudad: por demas velan los que presumen guardar. y muy ayna se pierde el bien: como scriue Gregorio: si el que lo da no lo conserua.§ El segundo prouecho es, que nos induze la temptacion a caridad perfectissima: porque»