«virgen y madre Maria: llena de misericordia y de piedad: abogada de los tribulados. Y prostrado ante sus pies: besar los he con gran reuerencia: y si por ser ella tabernaculo y morada de·la incomprehensible diuinidad, siendo yo tan indigno, y tan gran pecador: no tuuiere por bien de me consentir llegar a besar los: besare entonces la tierra bendita, que con sus sanctos pies hollo. y pues es su»