«ha de·la humanidad de nuestro redemptor y maestro: y fabricar le ha ante si como juez ordinario: en cuya presencia ha de dar razon de sus culpas: y figurar·le ha assentado en·la silla de·la essencia diuina, con vna espada en·la mano drecha muy aguzada: en señal de justicia: y con vn libro abierto en la otra: en·el qual el como peccador lehera, y vera muy»