«fidelissima y muy noble ciudad. el qual dezia, estaua marauillado, como a sus manos houiessen llegado libros y obras sin cuento para imprimir: y jamas en romance hauia visto, que nadie se houiesse acordado de pregonar el sagrado misterio de·la passion, del redemptor glorioso. la qual era fundamento del edificio de nuestra fe santa catholica. exortando me por los merescimientos de aquella, me dispusiesse yo a trabajo tan piadoso y»