«viento quemante es el rostro d·ellas. Mas ni haun al hombre conuiene mirar en·el rostro muy a·menudo: porque no lo fagas correr mas de·lo que conuiene. E a·los varones de grauidad e discretos es menester reprehender mas dulcemente: e con mayor cortesia. mas a·los rusticos grosseros: e sin letras mas duramente: porque no menosprecien sus peccados con la poca e liuiana reprehension. mas a·los»