«se deue offrecer en las manos de Dios el hombre desconsolado.§ Capitulo .lvj. que nos deuemos occupar en las obras homildes: e baxas quando desfallecemos de·las altas.§ Capitulo .lvij. que el hombre no se repute digno de consolacion mas de açotes: e feridas.§ Capitulo .lviij. de·la gracia que no se mezcla con los que saben a las cosas terrenales.§ Capitulo .lix. de·los diuersos mouimientos de·la natura e»