«e a penas muy a tarde pensamos de nuestras cosas interiores recolligiendo cumplidamente nuestros sentidos. Guay de nos que luego despues de nos hauer vn poco recolligido: botamos fuera: e no pesamos nuestras obras con estrecho examen. ni miramos en·donde yazen nuestras affecciones. e no lloramos quan suzias sean todas nuestras cosas. Toda carne hauia corrompido su carrera. e por esso se siguio el gran diluuio. e assi como nuestra»